Elegante, delicioso, relajante, con un aroma que seduce, irresistible y ¡saludable! Es así como podría definir al vino tinto, una de mis bebidas favoritas.
Y es que, ¿quién puede resistirse a una buena copa de tinto?
“Las personas que estamos a dieta porque queremos perder peso”, fue lo que me respondió una colega con la que hablé por teléfono anoche y que en unos días vendrá a visitarme a Francia. Mi amiga moría de miedo por venir a un país que además de ser famoso por su historia, por la imponente Torre Eiffel, sus perfumes, gastronomía y diseñadores de moda (entre muchas otras monadas) es famoso por gran variedad de vinos.
La respuesta de mi amiga me dejó en shock. ¿Por qué? Porque soy una mujer que bebe una copa de vino dos o tres veces por semana (dos, máximo) y nunca he subido un gramo a causa de esta bebida.
“Tú no subes de peso porque tu cuerpo ya es así, Pal”, me dijo mi amiga, quien seguía temerosa de sabotear su dieta una vez que llegara a tierras europeas.
Lo que no sabía mi amiga es que las mujeres francesas, en vez de una soda, acompañan sus comidas con una copa de vino.Ninguna de las chicas francesas que conozco tiene rollitos, ni llantitas, ni un vientre con grasa.
“El secreto es ese. Al consumir vino, suprimen los refrescos llenos de azúcar. Además, una copa de vino tinto contiene 65 calorías, que al lado de un vaso de soda (108 calorías) no son nada”,fue lo que me comentó el doctor Ricardo Pineda, director del Centro de Nutrición Humana y Recuperación Biológica, en México.
“A la gente que quiere perder peso, yo le recomiendo suprimir las bebidas alcohólicas, pero les permito que beban una o dos copas de vino por día, como las francesas”, me confesó el doctor, quien es uno de mis médicos favoritos.
El facultativo de la UNAM me afirmó que, la digestión del alcohol impulsa al organismo a quemar calorías. Me contó que el alcohol quema calorías gracias a un proceso llamado termogénesis. ¿En qué consiste? Les cuento:
El alcohol sube nuestra temperatura corporal. Sí, por eso en ocasiones, cuando bebemos un tinto, notamos que nuestras mejillas se tiñen de rojo. Lo que ocurre es que nuestro cuerpo está quemando calorías para crear calor. Padre, ¿verdad?
Y no solo eso, chic@s con estilo. Según un artículo de Le Point, los resultados de un estudio realizado por especialistas en nutrición mostraron que las mujeres que bebían con moderación –una o dos copas de vino al día- comían menos. Y es que una copa de vino nos invita a saborear la comida, a disfrutarla con más calma. Más si logramos crear un buen maridaje.
Ojo, guap@s: no les estoy aconsejando que reemplacen la comida por alcohol. OK? ¡Nunca lo hagan! Recuerden que necesitamos comer bien y debemos darle a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita.
También debo aclararles que beber vino no es una regla para bajar de peso. Sobre decir que beber en exceso puede ocasionarnos serios problemas de salud física y mental. Pero, una o dos copas por día (en vez de bebidas azucaradas o batidos hechos con frutas, azúcar y leche entera… Ploc!) acompañados de una alimentación sana y ejercicio, pueden ayudarnos muchísimo a mantenernos esbeltas.
Y no solo eso. Esta bebida nos mantiene regias y bellas. ¿Por qué? Porque contiene antioxidantes que ayudan a mantener nuestra piel firme y joven, así como a reducir el colesterol y la presión arterial.Digo, no en vano, esta bebida es utilizada también en Francia (y en el mundo entero) para tratamientos de belleza.
¿Qué dicen? ¿Se atreven a cambiar las sodas por esta saludable bebida? Yo lo hago desde hace mucho tiempo. Si no es diario, sí bebo regularmente una copa de buen vino francés. Y nunca subo un solo gramo.Espero que ahora que mi amiga venga a visitarme, se atreva a degustar esta saludable e irresistible bebida… con moderación, claro está. ¡Besos y cerezas!
Sígueme :
@palomalopez.life
Escríbeme :
pal@paloma.life