No soy ultra fan de 50 sombras de Grey. Admiro el éxito de E.L. James y confieso que pasé un momento muy divertido y agradable cuando en su momento, fui al cine con un galán para ver la historia que Universal Pictures llevó al cine.
Sin embargo, no me fanaticé. Pero por azares de la vida y el destino, convivo con muchos hombres y… De todos los que frecuento, ninguno se perdió la peli. Y ahora con el confinamiento a causa del COVID-19, esos hombres reviven las pelis de Grey en Netflix. #ploc
NINGUNO ha dejado de revivir las pelis… Y todos, ¡lo juro!, se emocionan cuando escuchan el soundtrack de la peli o ven que ya está la publicidad de “Grey”, el libro en el que cuenta el pasado de Christian. Oh my Dior!!!
“Palllll, ¿alguna vez leíste los libros?”, fue lo que me dijo un galánazo que conozco, tras una junta de trabajo… Noooo, bueno. #fuertesdeclaraciones#lavidarealdelosfamosos
Debo confesar que además de este comentario, me da mucha risa escuchar a mis amigas, quienes también fueron a ver la peli con sus galanes, decir que después de ver el film, sus parejas se “transformaron en fans del señor Grey” y “jugando, jugando”, de repente querían ocupar el rol del atractivo y millonario neoyorkino. Ya sea emulando la famosa escena de las 10 nalgadas o la otra en la que Christian Grey venda los ojos de Anastacia, su «sumisa».