“Auxilio, no puedo adelgazar. ¿Puedes cambiarme la dieta y la rutina de ejercicios?” Seguramente esta frase les suena familiar. Sobre todo si aman hacer ejercicio a las dietas y… Pese a eso, continúan sin perder peso. Al contrario. Ganan y ganan peso.
Si, ya sé. Podrán decirme que comen ensaladas, productos ‘bio’, frutas ‘bio’, que se untan jabones anticelulitis “bios”, que no salen del gym, que toman una clase de spinning diaria y corren mucho. Que siguen al pie de la letra las rutinas de sus respectivos entrenadores. Y que sí, comen pan, pero ‘bio’, libre de gluten, integral, o con semillas de calabaza. Y solo una pieza. Y que, sin embargo, esa pancita y esos tres kilitos extras no desaparezcan… Pfff…
Chicas, en serio. No se engañen. Si quieren borrar la panza y ese par de kilos que les quitan el sueño, es hora de dejar un poco el pan. Eso sí, que quede claro que no tengo nada contra esa delicia. Al contrario, soy fan, fan, fan del pan. Pero, soy consciente de que me ocasiona estreñimiento, es altamente calórico y no nos aporta más que kilitos extra.
Sí, sí, estoy de acuerdo a que comamos una rebanada de pan integral en el desayuno. Pero de eso, a una tartina con tomate y una cucharada de aceite… O a una pieza entera en una comida en la que también estén implicados unos vinos tintos… Ploc! No, chicas. ¡Es primavera! Y si quieren lucir perfectas en bikini o en vestidito, y prepararse para el verano… si quieren desaparecer ese gordito, esos kilitos, es hora de dejar el pan y las féculas de lado. Sí, fuera pan por un rato, patatas, galletas, pastelitos y otras delicias que impliquen harina.