Honor y amor a quien honor y amor merece

Dedicado también a todos los que se han ido en estos tiempos del que llamaremos «el virus, Amarse Negativo».

 

¡Mi tío Nico tenía chispa! Se enojaba, se encontentaba. Tenía unas puntadas inimaginables…  como conectar una grabadorcita minúscula con un cable de dos metros para que llegara al enchufe. Jugaba fútbol, pero fumaba, unos días lacio, otros días con unos chinitos. Siempre con una chispa. Sí, ¡mi tío Nico tenía chispa! Le decía “Chata” a su esposa, en vez de decirle “querida” o “amada”… se peleaba con mi abuelito y de rato se encontentaba. Decía que tenía que preparar 500 flanes para poderse librar de la tarea de cuidar a mi Mamá… “Jajaja, a mi mamá ya se le va el avión”, dijo un día ahogado en risa, cuando Marikita contaba una anécdota y a media historia todo se le empezó a olvidar… 

Apreciaba y quería a todos sus sobrinos, a su modo… me acuerdo que un 6 de enero llegó al patio de Bolsena 46. A la casa de los abuelos. Llegó cargando cajota de regalo… una caja inmensa.  

– “¡¿Qué es, tío? ¿Qué es?!”, – gritaban varios de mis primos con emoción. 

– ¡Nadaaa! ¡Nadaaa! – respondió muy enojado… le daba vergüenza decir que la cajota no era un regalo de Reyes. ¡Eran sus cosas! Su “Chata” lo había corrido de su casa en un arranque de ira… obvio… en unas semanas todo se arregló. Como todo.

La cajota de regalo, la grabadorcita con el cable kilométrico, sus gritos de euforia cuando le emocionaba alguna noticia… Sus sus flanes, su tienda, el gran amor por sus hijos, su sonrisa pícara… sus cantos cuando se ponía hasta las chanclas… todo eso se queda en nuestros corazones… Conmigo se enojaba, pero siempre reconoció mi empeño por querer salir adelante. Cuando era niña, bordó mi nombre en mi short de mezclilla. Me enseñó a vender gelatinas, me compró gelatinas… me enseñó a negociar, me compró dulces, se rió muchas veces conmigo, se encabronó muchas veces conmigo… nos encontentábamos, nos volvíamos a enojar, muchas veces nos dejamos de hablar, pero nunca me hizo un desprecio. Me dijo muchas veces que me admiraba… me dijo muchas veces que me esforzara…

¡Mi tío Nico tenía chispa! Que descanse tranquilo mi tío Nico, que ya está con Víctor, mi Mamita, mi Nicolás de amor y todos los que están allá.

0 Comments
Previous Post
Next Post